Toni Pons, junto a su mujer Inés Català, empezaron una profusa colección de zapatos singulares de todas las medidas, colores, formas y procedencias a partir de 1975.
El calzado es el protagonista indiscutible de una colección que se muestra en todas sus formas imaginables. Algunos de los objetos expuestos no tienen más finalidad que ser contemplados. Otros son objetos pensados para ser usados cotidianamente. Tan sólo hay que esmerar un poco la mirada para darse cuenta de que estos objetos aparentemente inservibles son en realidad macetas, llaveros, mecheros, etc. Hay también zapatos de princesa del cuento de Cenicienta, zapatos con imágenes religiosas, fantásticas reproducciones de zapatos de todo el mundo y souvenirs de Lucas, Galicia, Madrid, Portugal u Holanda que indiferentemente toman forma de zuecos como si fueran algo de característico de cada uno de estos sitios.