Que la vida no es un cuento de hadas es algo que más tarde o más
temprano todos acabamos comprendiendo. ¡Tanta suerte! Tanta suerte que las do-
ya no se quieren parecer a las princesas de los cuentos. Las Ven-
tafuegos de hoy en día se reapropian de la fábula para convertirse ellas
mismas en las protagonistas activas de la historia. En ellas está la
capacidad de empoderarse y romper el zapato que las limita al deseo
capacidad de empoderarse y romper el zapato que las limita al deseo
no necesitan de príncipes que las rescaten ni de hechizos mágicos
que las conviertan en las más bellas del baile.